sábado, 21 de junio de 2014

Nepal

Me encuentro en casa de Bikram, en Manamaiju, en el barrio de Gaurigaun, a las afueras de Katmandú.
En la ciudad, visitamos el complejo de palacios y templos de Basantapur, considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De ahí caminamos hasta la gompa de Swayambhunath, uno de los complejos religiosos más importantes para los budistas tibetanos. Saliendo ya de noche de él, nos pilla una tormenta, con fuerte lluvia y viento, que nos hace llegar a casa de Bikram totalmente empapados, ya que después de las 19:00 h. no llega transporte público a su barrio, y nos toca caminar una hora bajo el aguacero.

Calle comercial en Katmandú

Pensé que era un español afincado allí, que tenía una tienda, pero no. Resultó ser el dueño, que es nepalí, quien decidió bautizar así su tienda, ya que además de ser un enamorado de España, tenía un amigo español, que le llamaba Manolo, en vez de Manoj, su verdadero nombre.

Plaza Durbar de Basantapur
Gompa de Swayambhunath
Estupa con los ojos de Buda
Recorremos la vecina ciudad de Bhaktapur, también Patrimonio de la Humanidad.

Templo Nyatapola



Plaza Durbar de Bhaktapur

Plaza Dattatreya




Ersi aprendiendo a hacer ovillos de lana
Cocinando en casa de Bikram con la mama
A los cinco días nos trasladamos a la ciudad de Pokhara, a las faldas del macizo del Annapurna. En ella se encuentra el lago Phewa, desde donde se divisan los picos eternamente nevados del Annapurna, un paisaje admirable. Ahora entiendo por qué le llaman a toda esta zona "el techo del mundo". Desde los ochocientos m.s.n.m donde me encuentro, observar los ocho mil de estas montañas, es un paisaje que impone bastante.

Mi barrio en Pokhara. La foto no hace justicia a las gigantescas montañas.
En Pokhara nos hospedamos en la casa del Swami Prem, un hombre iraní de unos sesenta años, traductor de la mayoría de libros de Osho al farsi y exiliado político. Estuvo viviendo doce años en India, y desde hacía un año en Nepal. Un personaje muy interesante, con una historia de vida muy ajetreada.
Salimos a recorrer la zona y subimos hasta la Pagoda de la Paz. Un proyecto realizado por el monje budista japonés Nichidatsu Fuji quien, después de ver cómo su país era atacado con bombas atómicas por parte de EE.UU., decidió dar un mensaje de paz al mundo a través de estos monumentos. Actualmente existen ochenta Pagodas de la Paz diseminadas por el mundo. El proyecto es construir cien.
Desde ella se tiene una vista estupenda del Lago Phewa.


Pagoda de la Paz

Esta señora nos la encontramos a nuestra vuelta de la Pagoda y acabo invitándonos a tomar té en su casa.



Aprovecho que estoy en este idílico lugar, para hacer por primera vez en mi vida, un salto en parapente. Las vistas sobre los poblados, el lago, con el Annapurna de telón de fondo es impresionante. Un águila vuela junto a nosotros, contemplar a la rapaz a nuestro lado, me da una sensación de libertad tremenda.
Preparado para saltar


Lago Phewa

¡MI MAS SENTIDO PÉSAME A LAS VÍCTIMAS DEL TERREMOTO EN NEPAL!