sábado, 15 de marzo de 2014

El pequeño estado de Goa

Miércoles 15 de enero: después de un viaje de 2000 km, de un día y medio en tren, haciendo noche en la estación de Mumbai, llegamos a Goa. En el trayecto, de Jaisalmer a Mumbai, aprovecho para relizar algunos trabajos en macramé. Llamo la atención de mis compañeros de viaje, quienes finalmente me compran tres pulseras que hago en el momento.

Una de las muchas estampas que se ven desde el tren

Llegamos a la estación de Thivim, en Goa. Y de ahí tomamos un bus hasta Mapusa. Y de ahí otro a Parra, donde nos hospedamos en casa de Rahul Alvares, un cazador de serpientes.

¡Por fin calor!
Al día siguiente me voy a la playa de Baga y me baño, por primera vez, en el Mar Arábigo. ¡El agua de éste es caliente, comparada con la de Canarias! A la vuelta, haciendo autostop, me para una pareja, ella india y el inglés, que me comenta que los miércoles se realiza una feria artesanal en la playa de Anjuna. Voy ese día, hablo con el responsable y consigo un puesto para toda mi estadía en Goa, por 150 rupias por día.

Parchando en Anjuna
Después de unos días en Parra, nos mudamos a Aldona, un pueblo muy tranquilo, a veinte minutos en autobús de Mapusa. Allí nos reciben Karan y Carla, una pareja, él de India y ella de México, con quienes conectamos muy rápidamente.
Nos enseñan diferentes lugares de Goa, sus playas, la comida local, algunos bares y clubes nocturnos, el mercado local y algunas recetas de cocina. 

Pasando la tarde, en buena compañía, en la playa de Ashvem

El sábado aprovecho para ir al mercado nocturno sabatino en Arpora y tratar de vender mi artesanía. No sé muy bien dónde se encuentra, así que "hago dedo" desde Assagao, donde me han dejado Karan y Carla. Tengo suerte y me recogen dos chicos en moto que me dejan prácticamente a la entrada del mercado. Ingo market, como se conoce al mercado, se extiende por una ladera, donde se apiñan cientos de puestos de artesanía, algunos realmente buenos, así como de ropa de diseño, de instrumentos, de libros, de música. Aquí te puedes encontrar, tanto trabajando como paseando, gente de todo el mundo. A los costados del mercado, se encuentran diversos restaurantes, mientras suena de fondo música variada, normalmente trance.
Trato de buscar un hueco para poder montar mi puesto, pues no tengo permiso para hacerlo, y me encuentro a Nazia, una chica que conocí cuando vivía en Parra, que me llevó en su coche cuando hacía autostop. Me invita a montar una mesa en su puesto. Conozco a varias personas, entre ellas a Mada, una gaditana, que me dice que también se puede vender en la playa de Arambol. Al finalizar el mercado, a eso de las 2:30 a.m., no tengo cómo volverme a casa, así que Patricia, una mujer colombiana que diseña ropa, me invita a su casa en Siolim, donde paso la noche.

Mercado de Anjuna

Aprovechando el cumpleaños de Ersi, alquilamos una scooter y nos vamos a recorrer los pueblos del interior del estado, hasta llegar a la costa, ya en Vasco de Gama. Lo que nos muestra otra realidad de Goa, más allá de turistas, playas y alcohol.


Cascada de Arvalem
Nuestra Scooter
En algún lugar de Savoi-Verem
Innumerables plantaciones de arroz
Otra estampa clásica, los búfalos
Old Goa
Niñas en Vasco de Gama

En el pueblo costero de Baina

A la vuelta, para la cena, compramos unos kilos de almejas en la misma carretera, a unas mujeres que habíamos visto unas horas antes recogiéndolas.
¡Tarta de cumpleaños de ersilita!

Después de tres semanas en Goa, decidimos reemprender el viaje, rumbo al estado de Karnataka.
Playa de Candolim


domingo, 9 de marzo de 2014

Fin de año en el desierto

Viernes 10 de enero: después de doce horas de viaje en tren llegamos a Jaisalmer, la ciudad dorada. A la salida de la estación nos espera Pradeep, un chico de couchsurfing, que nos hospedará gratis unos días en su hotel.
Llegando al alojamiento nos encontramos una vaca en el pasillo que da acceso al inmueble. Pradeep y yo, que vamos más adelantados, la sorteamos, pero Ersi, que viene más atrás, trata de esquivarla al ver que la vaca mueve la cabeza, con tan mala suerte que, al ir a apartarse, pisa una bosta de este animal, resbalándose y cayendo sobre su tobillo izquierdo con todo su peso, más el de las dos mochilas que porta. Resultado final, esquince de tobillo. Ersi se pasará los próximos seis días encamada haciendo reposo.
Salgo a conocer la ciudad, su mercado, su Fuerte, el Lago Gadisar, donde encuentro un buen lugar para vender mi artesanía y en donde conozco a Arvind, quien acabará por convertirse en un gran amigo.

Hotel Saraswati Palace
Fin de año 2014

Fuerte de Jaisalmer

Lago Gadisar


Después de cuatro días en el Hotel Saraswati Palace, cortesía de Pradeep, nos mudamos al Hotel Surja Guest House, donde Raj, otro couchsurfing, nos hospeda. Desde el hotel, situado en lo alto del Fuerte, puedo disfrutar de unas vistas maravillosas; se divisa toda la ciudad, más allá, el desierto, en donde se
ubican campos eólicos que suministran energía a Jaisalmer y a otras poblaciones.

Jaisalmer y su Fuerte

Servicio de riego de la ciudad


Centro de Jaisalmer

Las callejuelas del Fuerte



Fantástica vista desde mi cama

Los amaneceres desde el banco de la terraza de la habitación que ocupamos, que se ha convertido en mi cama, son increíbles. Cuando el sol empieza a despuntar por el horizonte, comienza a oírse la llamada del imán, emplazando a los fieles a la oración. A su vez, percibo los cánticos de los templos hinduistas, que junto al paisaje circundante, crean una atmósfera totalmente mística.
A la caída del sol, llama mi atención una bruma que comienza a levantarse, y que resulta ser producto de las chimeneas de las casas en donde se prepara la cena y de las pequeñas hogueras improvisadas alrededor de las cuales se arremolinan hombres, mujeres, niños, perros y vacas para combatir el frío desértico.
Uno de los numerosos puestos de verduras

Los días en Jaisalmer pasan tranquilos, conociendo gente, charlando delante de un chai de religión, política, relaciones de pareja..., trabajando o acompañando a los músicos en el templo.
Visitamos los cenotafios (tumba vacía en honor a una persona) de Bada Bagh y el Patwon ki Haveli (antiguas mansiones de varias plantas hechas de madera y piedra caliza, decoradas con diferentes grabados y figuras geométricas).
Patwon ki Haveli






Bada Bagh


Al volver de Bada Bagh, Rasid, el conductor del autoricksaw, nos invita a tomar chai a su casa, y a que conozcamos a su mujer e hija. Allí, entusiasmado, nos muestra también las fotos de su boda. En una de ellos reconozco a Ali, un chico con el que he estado hablando durante algunas tardes, y que resulta ser vecino y amigo suyo.
Al día siguiente quedamos con Rasid y Salik, otro amigo, para ir a almorzar a casa del segundo. ¡Aquí la hospitalidad está por encima de todo!

De izqda. a dcha. Rasid, Salik, autor, Ersi, hijas y mujer de Salik

Con los músicos del Templo a Krishna

lunes, 3 de marzo de 2014

Irshad Ali Qawwali Party

Sábado 28 de diciembre: me encuentro en Jaipur desde hace 3 días. En el trayecto en tren, desde Agra, nos toca compartir asiento con tres músicos, con quienes entablamos animada conversación. Nos reímos, gastamos bromas, nos sacan algunas fotos y nos invitan a unos riquísimos dulces típicos indios, hechos con leche, coco y frutos secos varios. Cuando se van, pues bajan algunas paradas antes que nosotros, vienen dos militares que se empeñan en sentarse a mi lado y hablar conmigo. También se nos unen unos niños, y más tarde el padre de uno de ellos nos saca unas fotos, algo que empieza a ser bastante habitual en India, al igual que la sorpresa que se lleva la gente al ver mis rastas. Después de dos horas de retraso llegamos a Jaipur.

Tren con destino a Jaipur
Nos hospedamos en el barrio de Nahari ka Naka, en casa de Irshad, un chico de 27 años, músico por vocación y profesión, al igual que lo fue su padre, abuelo y la mayoría de los miembros de su familia. Todos ellos han estado tocando en toda India, en diferentes países de Europa (Francia, Bélgica, España) y en Sudáfrica. ¡Estuvieron en el festival Womad de Las Palmas en el año 2006!
Nos reciben en su casa con un collar de rosas moradas y un concierto de tabla y armonio de fuelle manual, endulzado con chai (té).

Con Irshad y su familia

En Jaipur visitamos el Fuerte Amber, el curioso palacio de Jal Mahal, que se encuentra sobre el lago Man Sagar, el Hawa Mahal y el Palacio de la Ciudad.
El Palacio Jal Mahal



Entrada al Chandra Mahal




Después de estar unos días visitando la ciudad y conociendo a la numerosa familia de Irshad, me propongo conseguir piedras para mis trabajos de macramé. Alí, un primo de Irshad, me pone en contacto con dos amigos musulmanes suyos, que se dedican a trabajar y vender labradorita. Me llevan a su casa y sentados en el suelo, sobre unas alfombras y delante de una taza de chai, comienzan a sacarme kilos de piedras. Después de 3 horas seleccionando piedras y regateando el precio, todo ello con papel en mano, pues ellos casi no hablan inglés y yo no hablo hindi, llegamos a un acuerdo. Como tienen que pulir las piedras, voy esa noche a buscarlas a una biblioteca islámica ubicada en las callejuelas del barrio. Entro en la sala y me encuentro con 10 hombres, todos musulmanes, que me invitan a sentarme a una mesa donde me muestran las piedras ya terminadas, ante la mirada del numeroso público. Quedo conforme con el trabajo y se lo hago saber. Les pago e intercambiamos contactos para pedir más en el futuro. Al estrecharnos la mano nos deseamos suerte en nuestros respectivos caminos. Como les había dicho que era ateo, me regalan dos libros en inglés sobre el Islam.

Como nota anecdótica del último día, mientras nos encontramos en la
zona comercial de Chandpol Bazaar para comprar algunos alimentos
para el viaje, Ersi entra en una tienda, y mientras habla con el dependiente, una rata aprovecha para subírsele al pantalón. Del grito y
el golpe de Ersi, la rata desaparece.

Tiñendo telas en Chandpol Bazaar
De vuelta a casa, nos despedimos de Irshad y su familia, y tomamos el tren a las 23:45, despidiéndonos de la ciudad rosa, rumbo a Jaisalmer.


Para información sobre Irshad y su banda buscar "Irshad Ali Qwwali Party" en internet.

sábado, 1 de marzo de 2014

Una de las 7 maravillas del mundo

Miércoles 25 de diciembre: nuestro tren tiene prevista la salida para las 14h. pero no lo hace hasta las 18h. A las 21:30h llegamos a Agra, donde nos quedamos en casa de Monu, un chico de couchsurfing. Su casa esta en un barrio a las afueras del centro de Agra, donde carreteras sin asfaltar serpentean casas bajas. Los niños juegan corriendo con sus cometas, o haciendo algún fuego con papeles ante la mirada de sus madres, los hombres charlan en los porches de las casas, en animada conversación delante de un chai.
Por la mañana visitamos el Taj Mahal, impresionante edificación, considerada una de las 7 maravillas del mundo moderno... ¡y tanto que sí!


El Taj Mahal en su pleno esplendor.