sábado, 3 de mayo de 2014

Kerala, God's Own Country (II)

Nos movemos a Munnar, un pueblo en las montañas, muy famoso por sus cultivos de té, considerados entre los más grandes de la India. El clima y la vegetación aquí son muy diferentes a la costa. Nos encontramos a unos 1400 m.s.n.m., y pasamos de los 35 °C de Kottayam a los 18 °C de Munnar. Hay muchos eucaliptos y, sobre todo, como si de piezas de puzzle se trataran, plantas de té. Millones de setos que miles de trabajadores se afanan en cortar para sacar las preciadas hojas con las que se hace el té que se consume en todo el mundo.

Campos de té
Mujer cortando hojas

Queremos visitar la zona, así que para ello decidimos salir a la carretera y hacer autostop. En poco tiempo, nos paran tres hombres en un coche y nos llevan hasta la presa de Mattupetty. Como ellos siguen hasta Top Station, lugar adonde pensamos ir, nos convidan a ir con ellos.


Para volver "hacemos dedo" en la salida de Top Station, y un camión nos trae de vuelta a Munnar. Le damos treinta rupias al conductor por el trayecto.

Al día siguiente nos dirigimos a Kumily, a unos 100 km. de Munnar. Llegamos a media tarde y conseguimos una amplia habitación por 300 rupias. 
Salimos a dar una vuelta y aprovechamos para comprar verduras y carne para preparar la cena, fruta y algunos dulces. Al igual que en Munnar, aquí hay muchas tiendas vendiendo especias y chocolate. 
Entro en una de las tiendas para comprar masala, y acto seguido irrumpe un tipo grande, al que le calculo unos 90 kilos, tratando de escapar de un individuo que le persigue. Vuelve a salir a la calle y se lleva un puñetazo, en toda la cara, de su perseguidor. De repente, aparecen cuatro hombres más que se le unen en la suelta de golpes al primero. Uno de ellos trata de tirar al hombre agarrándolo por los pies, pero el tipo pesa demasiado para derribarlo. Finalmente parece que se calman, dando tiempo al martirizado para escabullirse, quien se aleja pidiendo perdón y lamentándose. 
Al día siguiente vamos a visitar el parque Periyar. La entrada nos cuesta 300 rupias, y nos da derecho a ir caminando 3 km. por la carretera hasta llegar al embarcadero, donde tomamos un barco que, por 150 rupias, nos lleva por una hora y media a visitar el lago. Vemos varias garzas, cormoranes y algunas rapaces.



Lago Periyar


De Kumily vamos en autobús hasta Kollam, y de ahí a la playa de Varkala, famosa por estar a los pies de un acantilado, en el cual se aprietan tiendas, hoteles y restaurantes. Nosotros nos alojamos al lado del acantilado, en varkala road, la carretera que va hacia la playa.
Parchando en el acantilado
Atardecer desde el lugar de trabajo
Después de estar unos días vendiendo en Varkala, nos dirigimos a la playa de Kovalam, más al sur.
Kovalam cuenta con tres playas de arena dorada, donde las olas embisten con fuerza. Tiene un largo paseo donde se encuentran diversas tiendas y restaurantes. En una de ellas, que está abandonada, nos ponemos a parchar.

Playa de Varkala

Coincidiendo que estamos aquí, el día 27 de febrero, aunque varía la fecha según el ciclo lunar, se celebra Maha shivaratri, la gran noche de Shiva. 
Hay varias historias populares que cuentan por qué en este día se le ofrenda a Shiva. Una de ellas dice que esta noche simboliza la boda entre la diosa Parvati y Shiva, también que Parvati en esa noche de luna nueva, rezó por la buenaventura de su marido. Por ello, en este día, las mujeres rezán pidiendo salvaguarda para sus maridos y familia.
Todo el día se celebran diferentes pujas y actividades. Nos invitan a comer un riquísimo tali , un típico plato indio, que puede variar según la zona del país, pero compuesto básicamente por arroz, sopa de dal, curd, que es una especie de cuajada, ensalada de remolacha, algunos vegetales y papadam, una tortilla asada hecha de legumbres, todo ello servido en hoja de platanera, que como es usual en India, devoramos con las manos. De postre plátano con una salsa de leche y arroz. 
Tali

Por la noche una médium, quien ha estado purificándose durante un mes y que supuéstamente está en contacto con el dios Shiva , baila al ritmo de la percusión en una danza hipnótica. La mujer tiene en sus manos un ramillete de ramas secas que va mojándo en unas termitas enormes de leche y arroz hirviendo, y tirándose el líquido por encima. El público se le acerca para que los bendiga. La mujer está en trance durante más de dos horas hasta casi caer exhausta al suelo. La celebración sigue con actuaciones musicales, danza y teatro.



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